En 1898, uno de los primeros albariños de nuestra historia procedente de Bodegas Fillaboa, bajo el nombre “Vino del Condado de la Fillaboa”, cruzó el océano Atlántico a bordo de un velero rumbo a Cuba.
Amarillo pajizo con tonalidades doradas, limpio y brillante.
Tostados, con fondos frutales almibarados, fruta muy madura, recuerdo de manzana asada y de panadería, resultado de los 6 años de crianza sobre lías.
Suave en el ataque, se perfila con una acidez muy bien integrada, volumen y larga persistencia.
Elaborador: Masaveu. Bodegas Fillaboa